Secretos de Familia
Han pasado unas horas y ya has comenzado a mamar.
Siento cómo mi leche fluye con cada uno de tus sorbos; el calor que emana tu piel sobre mi pecho. Ya no te llevo dentro, pero todavía dependes de mí, es
mi cuerpo el que te alimenta. Eso compensa el vacío que me has dejado. El dolor
aún no me ha abandonado y unos insistentes pinchazos me recuerdan el desgarro
que me has provocado. Mas no me importa, te amo y te protegeré siempre. Eres un
bebé enorme, un varón. Apenas abres los ojos y tu piel arrugada aún mantiene el
color azulado de los recién nacidos. No obstante, percibo en ti la fuerza de tu
padre. Tu mata de pelo negro rizado y abundante, me hace intuir que serás el
reflejo de mi amado. También sé que es la forma que tiene Dios de vengarse de
mí; de hacerme pagar por mi traición. Porque estoy segura de que fuiste
concebido la noche que le corté su espesa cabellera arrebatándole su fuerza.
Noté cómo su simiente arraigaba en mis entrañas cuando ya lo habían prendido. En
el mismo momento que recibía la bolsa con las monedas de plata.
Después hui de su mirada; me odié por lo que hice.
Arrepentida, lloré durante horas y a punto estuve de arrojarme por aquel
acantilado. Ya en el mismo borde del abismo, volvió ese pequeño pinchazo y mi
intuición de mujer me dijo que no estaba sola. Que algo crecía en mi interior.
Me tragué la vergüenza y la culpa. Decidí marcharme.
Usar el sucio dinero para procurarte un hogar. Jamás podré confesarte quién era
tu padre. Ni una palabra sobre sus hazañas; ni que derrotó a tres mil hombres
con una mandíbula de burro como única arma; ni que mató un león con sus propias
manos…
Sé que conforme crezcas serás mi alegría y mi orgullo,
aunque también el recuerdo de mi pecado, de mi traición, de mi codicia. Ya que
estoy segura de que vas a ser la viva imagen del héroe. Por eso me fui tan
lejos, porque nunca debes averiguar quiénes eran tus progenitores. Por tu bien
y por tu seguridad me llevaré el secreto a la tumba. Mentiré, me inventaré una
historia, pero nunca sabrás que, en realidad, eres el hijo de Sansón y Dalila.
El relato empieza tierno para dar un giro de 180º, aparece la traición y la codicia descritas con amargura, presentes en toda su vida, en el reflejo de su hijo inocente. Enhorabuena, haces unos giros buenísimos, en una historia donde el amor, el remordimiento, la traición y la codicia, son actores principales.
ResponderEliminarGracias, Pino, por el comentario tan acertado. Sí, cómo dices me gusta resaltar lo voluble y contradictorio del ser humano. Considero que las personas somos capaces de lo mejor o lo peor en función del momento y las circunstancias.
EliminarUn abrazo.
Excelente, enhorabuena.
ResponderEliminarBesos a los dos.
Gracias Isabel, un abrazo 😘
EliminarMe ha encantado. Tiene un factor sorpresa que surte bien su efecto. ¡Buen relato!
ResponderEliminarGracias Diana, un abrazo
EliminarMe sorprendió porque su comienzo es muy sutil muy hermoso, la historia da un giro pero muy interesante. gracias muy bueno tu relato. bendiciones para ti.
ResponderEliminarGracias Rosi, me alegra te gustara.
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